Dicen que nunca hay que arrepentirse de nada en la vida, pero en ocasiones llega ese sentimiento de arrepentimiento cuando las cosas no son lo que más esperas.

Hoy me pregunto que pasaría si no te hubiera conocido nunca, si bien lo dices, cosas buenas hemos vivido, pero al mismo tiempo cuantos sabores amargos hemos tenido.

Me arrepiento de ser quien te espera todo el tiempo en esta vida, con el deseo de que algún día me reconozcas como el hombre de tu vida.

Me arrepiento de esperar, hasta que el cansancio me ha alcanzado, cansancio de ver desfilar hombres a quienes llamas amor, cansancio de ser el otro en tu vida, tu amante, mientras escucho entre risas y muecas burlonas que a tus amigos les dices que no hay nada entre nosotros, que entre nosotros no pasa nada, que me maltratas para ver si me canso y me voy de tu lado, pero al llegar la noche me pides ser tu abrigo, tu calor apasionado en casa, tu masajeador, tu sostén.

Me pregunto que habría pasado si no te hubiera ofrecido apoyo cuando me necesitas, que habría pasado si me hubiera ido como todos los demás que han pasado por tu lado, que pasaría si cuando me pides un abrazo entre el frío simplemente diera la vuelta y caminará a otro lado.

Me desespera escuchar tus llamadas durante horas con “tu novio” y después venir conmigo como si nada pasará, ver cómo presumes tus fotos con el, mientras soy tan sólo un desconocido para el, alguien con quien compartes la casa y nada más, muchos años han pasado de ver pasar el tiempo, junto con Miles que sólo veo llegar por temporadas, nunca por más de un par de meses, y a ellos los llamas los primeros, mientras que ha quien a estado a tu lado en las buenas y las malas durante años, lo llamas un mueble, que te da placer cuando lo quieres, y cundo no ni te esfuerzas en hablarme amablemente.

Que pasaría si no te conociera, si el destino jamás nos hubiera jugado esta mala treta de cruzar nuestros caminos, ¿como vivirías?, ¿como viviría?

En fin, la vida no tiene un instructivo, no podemos predecir cuando reiremos o sufriremos.

Al final, todo lo que podemos hacer es amar con todo lo que tenemos, sin exigir nada a cambio, con la esperanza de ser amados.

Alan Fernández
12 de octubre de 2016

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